El diccionario más amplio sobre las causas de las dolencias y enfermedades relacionadas con los pensamientos, sentimientos y emociones. Autor. JACQUES MARTEL.
De hecho sabemos que hay un nexo, una conexión entre ciertas emociones y ciertas enfermedades; al leer este libro gracias a una amiga que me envía en magnético, comprendí que las enfermedades sutilmente se instalan a causa de emociones mal administradas. Por ello a continuación hago un fragmento del libro.
“Todos fuimos enfermos como mínimo una vez en nuestra vida y el hecho de “desmenuzar” la causa de un mal que nos afecta o afecta a una persona cercana nos invita a desapegarnos (en el sentido de ver una enfermedad de un modo positivo y despojarnos de la influencia negativa que dejamos que tenga sobre nosotros) y volverme un testigo de todos estos males y ya no más una víctima.” Lucie Bernier.
Trata tanto del enfoque alopático, más médico, como del enfoque holístico que comprende mejor el aspecto físico, mental, emocional y espiritual de mi ser.
El término “integración” se refiere al hecho de volverse consciente en su ser; esto significa, en cierta medida “curación” en el sentido en el cual la dolencia o la enfermedad sólo son un mensaje que manda el cuerpo para ayudarnos a tomar consciencia de lo que estoy viviendo en este momento.
Las heridas con relación a una carencia de amor están grabadas en nuestro corazón bajo forma de rechazo, abandono, ira, incomprensión, tristeza, decepción, etc. Para poder hacer el cambio de este mensaje grabado debo activar la información en el punto del principio, es decir, debo estar en contacto con la carpeta que hace que dicha herida registró una información que se activa cada vez que una situación similar se produce en nuestra vida
ABASIA
Aunque mis músculos y todo mi mecanismo del andar no me causen ningún malestar, sólo puedo andar parcialmente o soy incapaz de ello. Es mi sistema de mando situado en el cerebelo que puede estar afectado, bien por una lesión, un trastorno vascular o un tumor. Esto procede a veces de un gran miedo relacionado con mis pensamientos, que tuvo por efecto el dejarme petrificado in situ. Este miedo o culpabilidad está en conexión con el hecho de progresar en la vida. Sería bueno que encuentre la causa de esta inseguridad o de esta culpabilidad y que desarrolle más confianza en mí. Puedo empezar a visualizarme andando cada vez más fácilmente, al mismo tiempo que amplio mi sentimiento de fe en mí. También tomo consciencia de que la vida me aporta los instrumentos necesarios “a mi progreso”.
ABSCESO O EMPIEMA (en general).
Un absceso es un tipo de infección caracterizada por la formación y la acumulación de pus a cuesta de tejidos normalmente constituidos. Suele producir un saliente (un bulto) y lo encuentro solamente sobre el tejido corporal o sobre un órgano. El absceso indica que manifiesto una respuesta a la cólera o a una herida emocional, a un sentimiento de irritación, de confrontación, de venganza, de incapacidad o de fracaso (el pus está conectado con los fluidos de mi cuerpo y a mis emociones). Frecuentemente, es un exceso de irritación o de disgusto que no consigo expresar con relación a mí, a una persona o una situación. Pensamientos malsanos, que pueden ir hasta la venganza y que “fermentan”, producirán infección y pus. Esta frustración contenida puede presentarse para finalizar con una situación, es decir reventar el absceso. Puede producir en mí una revolución mental (igual como un hinchazón) causando el vacío y el agotamiento. Este tipo de infección (absceso) es únicamente una manifestación (o una creación) de lo mental, de mis pensamientos. Ya es tiempo que pase a otra cosa, que cambie de actitud si quiero mejorar mi suerte… y mi cuerpo, antes de que se manifieste una infección más generalizada.
Además, el absceso corresponde a un pesar profundo, incluso a una desesperanza interior que causarán un sentimiento profundo de impotencia o de fracaso. Pueden seguir el vacío y el agotamiento. Se manifiesta en el origen de la pena, es decir que la emoción vivida está asociada a la función y a la parte del cuerpo en donde se manifiesta el absceso.
Por ejemplo, si se sitúa en mi pierna, está conectado con las resistencias y los conflictos, lo cual me indica que debo orientar mi vida en ciertas direcciones. Si se sitúa al nivel de mis ojos, se trata de una dificultad en ver quien soy, lo que soy, a donde voy y lo que adviene para mí. Al nivel de los pies, tengo dificultades, planteamientos o miedos conectados con el porvenir o con su concepción. En mis orejas, es algo que oigo. En mis caderas, tengo dificultad en lanzarme en la vida, etc. Todo esto está conectado con la destreza en aguantarme de pie, a expresar mi independencia y mi libertad. El absceso superficial que está accesible a la vista y al tacto corresponde a una rabia referente a situaciones de mi vida que pueden estar “fácilmente identificables”. Posee también una correspondencia con la parte del cuerpo afectada tal como el cuello, la espalda, los dedos, etc. El absceso profundo puede encontrarse en el interior de mi cuerpo y corresponde a una decepción con relación a sentimientos más profundos de mi ser. Según su posición, un absceso puede tener consecuencias graves.
Por ejemplo, si se sitúa en el nivel del cerebro, está conectado con mi individualidad y la idea que me hago de mí mismo; en el nivel de los pulmones, está conectado a la vida; en el nivel de los riñones, con los miedos; en el nivel del hígado, con la crítica.
Puedo encontrar el porqué esta cólera puntual llega en mi vida yendo a ver el significado correspondiente a la parte relacionada. Así puedo poner más amor y comprensión con relación a la situación que me llevó a vivir este enfado.
Así, mi cuerpo me dice que mi cólera ahora está afectando mi vida exterior e interior.
ALZHEIMER
Esta enfermedad conlleva una degeneración de las células del cerebro que se traduce por una pérdida progresiva de las facultades intelectuales que llevan a un estado demencial (la locura). Esta enfermedad de los tiempos modernos, caracterizada principalmente por el deseo inconsciente de acabar con su vida, de acabar de una vez por todas, de dejar este mundo o de huir de mi realidad, se debe a la incapacidad crónica de aceptar, de enfrentarme o de “dealer” con esta misma realidad, con las situaciones de la vida porque tengo miedo y me duele. Así me vuelvo insensible a mi entorno y a mis emociones interiores. “Me aletargo”, “me abstraigo” y así la vida me parece más fácil.
El Alzheimer se refiere a esta forma de demencia. Esta manifestación conlleva principalmente la degradación de la memoria, la confusión mental y la incapacidad de expresarme con claridad, la violencia, ciertas formas de inconsciencia del entorno, incluso un comportamiento de inocencia próximo al del niño. La desesperación, la irritabilidad, el mal de vivir me llevan a replegarme sobre mí y a vivir “dentro de mi burbuja”. Me dejo “morir poco a poco”. Esta enfermedad me indica que tengo el mal de vivir, que huyo una situación que me da miedo, me irrita o me hiere. Es una situación grave a primera vista, de la cual puedo quedarme inconsciente mucho tiempo. Se me ve como una persona “normal” y equilibrada pero se observa que me repliego sobre mí por desesperación, cólera o frustración, lo cual me hace insensible al mundo que me rodea. Me niego a sentir lo que sucede alrededor mío y dentro mío; prefiero dejarme ir. Puedo tener mucha dificultad en soltar mis viejas ideas ya que es muy grande su cantidad en mi memoria! Y como que mi atención está mucho más centrada sobre el pasado que sobre el instante presente, la memoria a corto plazo se vuelve totalmente deficiente y se atrofia, sin aportar nada nuevo ni creativo.
Consecuencia: la memoria se desgasta con viejas cosas en vez de generar ideas nuevas y frescas. Desde el punto de vista médico, los factores emocionales y mentales así como sus correspondencias corporales (líquidos, sangre, tejido y huesos) están implicados en la manifestación de dicha enfermedad. Cuando la sangre está suprimida de ciertas áreas del cerebro, ocurre una especie de traumatismo mental. Son reacciones muy violentas al nivel cerebral. Es como si el flujo sanguíneo se retirase de dichas áreas. Puede haber un miedo extremo de todas las facetas de la vejez o del alba de la muerte, lo que conlleva un regreso inconsciente hacía un comportamiento infantil y la ocultación del presente, pasado y porvenir para ignorarlos.
ABSCESO O EMPIEMA (en general).
Un absceso es un tipo de infección caracterizada por la formación y la acumulación de pus a cuesta de tejidos normalmente constituidos. Suele producir un saliente (un bulto) y lo encuentro solamente sobre el tejido corporal o sobre un órgano. El absceso indica que manifiesto una respuesta a la cólera o a una herida emocional, a un sentimiento de irritación, de confrontación, de venganza, de incapacidad o de fracaso (el pus está conectado con los fluidos de mi cuerpo y a mis emociones). Frecuentemente, es un exceso de irritación o de disgusto que no consigo expresar con relación a mí, a una persona o una situación. Pensamientos malsanos, que pueden ir hasta la venganza y que “fermentan”, producirán infección y pus. Esta frustración contenida puede presentarse para finalizar con una situación, es decir reventar el absceso. Puede producir en mí una revolución mental (igual como un hinchazón) causando el vacío y el agotamiento. Este tipo de infección (absceso) es únicamente una manifestación (o una creación) de lo mental, de mis pensamientos. Ya es tiempo que pase a otra cosa, que cambie de actitud si quiero mejorar mi suerte… y mi cuerpo, antes de que se manifieste una infección más generalizada.
Además, el absceso corresponde a un pesar profundo, incluso a una desesperanza interior que causarán un sentimiento profundo de impotencia o de fracaso. Pueden seguir el vacío y el agotamiento. Se manifiesta en el origen de la pena, es decir que la emoción vivida está asociada a la función y a la parte del cuerpo en donde se manifiesta el absceso.
Por ejemplo, si se sitúa en mi pierna, está conectado con las resistencias y los conflictos, lo cual me indica que debo orientar mi vida en ciertas direcciones. Si se sitúa al nivel de mis ojos, se trata de una dificultad en ver quien soy, lo que soy, a donde voy y lo que adviene para mí. Al nivel de los pies, tengo dificultades, planteamientos o miedos conectados con el porvenir o con su concepción. En mis orejas, es algo que oigo. En mis caderas, tengo dificultad en lanzarme en la vida, etc. Todo esto está conectado con la destreza en aguantarme de pie, a expresar mi independencia y mi libertad. El absceso superficial que está accesible a la vista y al tacto corresponde a una rabia referente a situaciones de mi vida que pueden estar “fácilmente identificables”. Posee también una correspondencia con la parte del cuerpo afectada tal como el cuello, la espalda, los dedos, etc. El absceso profundo puede encontrarse en el interior de mi cuerpo y corresponde a una decepción con relación a sentimientos más profundos de mi ser. Según su posición, un absceso puede tener consecuencias graves.
Por ejemplo, si se sitúa en el nivel del cerebro, está conectado con mi individualidad y la idea que me hago de mí mismo; en el nivel de los pulmones, está conectado a la vida; en el nivel de los riñones, con los miedos; en el nivel del hígado, con la crítica.
Puedo encontrar el porqué esta cólera puntual llega en mi vida yendo a ver el significado correspondiente a la parte relacionada. Así puedo poner más amor y comprensión con relación a la situación que me llevó a vivir este enfado.
Así, mi cuerpo me dice que mi cólera ahora está afectando mi vida exterior e interior.
ALZHEIMER
Esta enfermedad conlleva una degeneración de las células del cerebro que se traduce por una pérdida progresiva de las facultades intelectuales que llevan a un estado demencial (la locura). Esta enfermedad de los tiempos modernos, caracterizada principalmente por el deseo inconsciente de acabar con su vida, de acabar de una vez por todas, de dejar este mundo o de huir de mi realidad, se debe a la incapacidad crónica de aceptar, de enfrentarme o de “dealer” con esta misma realidad, con las situaciones de la vida porque tengo miedo y me duele. Así me vuelvo insensible a mi entorno y a mis emociones interiores. “Me aletargo”, “me abstraigo” y así la vida me parece más fácil.
El Alzheimer se refiere a esta forma de demencia. Esta manifestación conlleva principalmente la degradación de la memoria, la confusión mental y la incapacidad de expresarme con claridad, la violencia, ciertas formas de inconsciencia del entorno, incluso un comportamiento de inocencia próximo al del niño. La desesperación, la irritabilidad, el mal de vivir me llevan a replegarme sobre mí y a vivir “dentro de mi burbuja”. Me dejo “morir poco a poco”. Esta enfermedad me indica que tengo el mal de vivir, que huyo una situación que me da miedo, me irrita o me hiere. Es una situación grave a primera vista, de la cual puedo quedarme inconsciente mucho tiempo. Se me ve como una persona “normal” y equilibrada pero se observa que me repliego sobre mí por desesperación, cólera o frustración, lo cual me hace insensible al mundo que me rodea. Me niego a sentir lo que sucede alrededor mío y dentro mío; prefiero dejarme ir. Puedo tener mucha dificultad en soltar mis viejas ideas ya que es muy grande su cantidad en mi memoria! Y como que mi atención está mucho más centrada sobre el pasado que sobre el instante presente, la memoria a corto plazo se vuelve totalmente deficiente y se atrofia, sin aportar nada nuevo ni creativo.
Consecuencia: la memoria se desgasta con viejas cosas en vez de generar ideas nuevas y frescas. Desde el punto de vista médico, los factores emocionales y mentales así como sus correspondencias corporales (líquidos, sangre, tejido y huesos) están implicados en la manifestación de dicha enfermedad. Cuando la sangre está suprimida de ciertas áreas del cerebro, ocurre una especie de traumatismo mental. Son reacciones muy violentas al nivel cerebral. Es como si el flujo sanguíneo se retirase de dichas áreas. Puede haber un miedo extremo de todas las facetas de la vejez o del alba de la muerte, lo que conlleva un regreso inconsciente hacía un comportamiento infantil y la ocultación del presente, pasado y porvenir para ignorarlos.
AMIGDALAS – AMIGDALITIS
Las amígdalas, que significan “almendras” forman parte del sistema inmunitario y de la linfa (líquido que limpia el cuerpo humano), y son definidas como filtros que controlan todo lo que circula al nivel de la garganta (lo cual corresponde a la creatividad, a la comunicación). Cuando están inflamadas, tengo dificultad en tragar y corro el riesgo de ahogarme. Inhibo mis emociones y “ahogo” mi creatividad. Hay una situación que me ahoga a través la cual inhibo mis sentimientos de cólera y de frustración. Una amigdalitis (itis = cólera) se manifiesta generalmente cuando mi realidad que trago me trae una intensa irritación a tal punto que mis filtros (las amígdalas) no pueden cogerlo todo y se vuelven rojas de cólera por no poder alcanzar un objetivo interior que estoy viviendo. Puede ser el miedo de no poder alcanzar un objetivo en perspectiva o de no ser capaz de realizar algo importante para mí, por falta de tiempo o de oportunidad. Tengo la sensación que estoy a punto de lograr algo que me es caro (un trabajo, un cónyuge, un coche, etc.) pero temo que se me escape y que deba hacer sin ello, o que sólo pueda disfrutar de ello en parte o no totalmente, lo cual para mí “es duro de tragar”. Un conflicto interior muy intenso está “ahogado” y no expresado. Es un bloqueo, el cierre de esta vía de comunicación. ¿Tengo yo la sensación de que hay una situación que “trago equivocadamente”? Vivo en rebelión con una persona cercana a mí (familia, escuela, trabajo) incluso en revuelta. Si soy un niño, frecuentemente tengo amigdalitis porque aún no estoy bastante consciente de lo que sucede y no tengo control sobre los acontecimientos.
Vivo frustración vinculada a lo que debo “tragar” en la vida. Si quiero resolver la amigdalitis, acepto las cosas tales como son alrededor mío, tomo el tiempo de aceptar las situaciones que trastornan mi vida, con calma y serenidad.
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